Psicosis es una película dirigida por Alfred Hitchcock en el año 1960. La película se ha convertido en un clasico del cine de terror y suspense, con el guión de Joseph Stefano. Se basa en la novela del mismo nombre de Robert Bloch, que a su vez fue inspirada por los crímenes del asesino en serie de Wisconsin Ed Gein. La película describe el encuentro entre una secretaria, Marion Crane (Janet Leigh), que se encuentra en la clandestinidad en un motel después de malversación de fondos de su empleador, y el propietario del motel, Norman Bates (Anthony Perkins).
martes, 30 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
El más grande entre los grandes: John Ford
Nacido como John Martin "Jack" Feeney (a pesar de que a menudo dijera que su verdadero nombre Sean Aloysius, con el apellido O'Feeny u O'Fearna; el equivalente Gaélico de Feeney) en Cape Elizabeth, Maine, fue el decimotercer hijo de unos inmigrantes irlandeses (John Augustine Feeney y Barbara "Abbey" Curran). Tras su intento por ingresar en la Marina, se traslada en 1913 a Hollywood para trabajar con su hermano Francis Ford, director, guionista y actor en la Universal Studios. Diez años después, adoptó el seudónimo de Jack Ford que pronto cambiaría por John Ford.
Actor y ayudante de dirección en las películas de su hermano, a partir de 1917 empieza a dirigir sus propios filmes para la Universal, eran western interpretados por el mítico Harry Carey uno de los primeros héroes de oeste americano. Hizo gran número de películas mudas, muchas de ellas de baja calidad, que no han llegado a nuestros días. En 1924, hace su primera gran película, además de su primer éxito importante: El caballo de hierro.
Pero fue con el sonoro cuando John Ford se destapó por completo. Ya en 1935 ganó su primer premio Óscar con El Delator. En toda su carrera obtuvo otros tres más: en 1940, por Las uvas de la ira; 1941, por Qué verde era mi valle (arrebatándoselo a Orson Welles y su Ciudadano Kane); y en 1952, por El hombre tranquilo.
En 1939, explotó de verdad su talento. Dirigió La diligencia, con la que el western adquirió la categoría de género mayor. A partir de ahí, las películas que hizo le convirtieron en una leyenda. Además, fue su primera colaboración importante con John Wayne, su actor fetiche que le acompañaría durante toda su carrera. Muchas veces se ha dicho que el personaje de Wayne era el álter ego de Ford: mejor sería decir que era el prototipo de vaquero que el director irlandés se imaginaba.
Otros actores con los que trabajó fueron: Maureen O'Hara, mujer de gran belleza con carácter fuerte para oponerse a los hombres; James Stewart, Victor McLaglen; Ward Bond, su actor de reparto por excelencia, o Henry Fonda. Se supo rodear de un equipo de grandes especialistas. Entre los guionistas cabe citar a Dudley Nichols (La Dilgencia) o Frank S. Nugent (The quiet man, The Searchers); en la fotografía trabajó con grandes maestros como: Winton C. Hoch (El hombre tranquilo), Gregg Toland (Las uvas de la ira) o Gabriel Figueroa (El fugitivo).
Durante la II Guerra Mundial hizo su servicio en la Marina, rodando varios documentales. Logró el grado de contralmirante. De vuelta, y a partir de 1947, fue productor de la mayoría de sus películas.
A John Ford se le ha acusado de republicano recalcitrante y de racista. Nada más lejano a la realidad, él fue uno de los primeros directores en dar dignidad a los indios y en su faceta política, aunque le gustaba demostrar cierta ambivalencia, el mismo se declaraba demócrata liberal y, sobre todo, soy un rebelde.
John Ford, es después de D. W. Griffith, la imagen del cine americano. Cuando se atrevía a demostrar sus sentimientos, sus películas derrochan una lírica insuperable. Películas de tono épico, sabía conjugar perfectamente el drama con cinceladas de verdadera hilaridad. Fue un maestro del tiempo, un gran director de actores a los que sacaba, a veces cruelmente, sus mejores interpretaciones. Es uno de los directores más reconocidos, como ejemplos decir que el Ford de Francis Ford Coppola es en su honor y que Orson Welles cuando le preguntaron por sus tres directores favoritos respondió: John Ford, John Ford y John Ford.
Ha dirigido más de 60 películas y es de destacar el magnífico tándem que formaba con el actor John Wayne, al que dirigió en 20 largometrajes.
Murió el 31 de agosto de 1973 en Palm Desert a la edad de 79 años. Se dice, según testigos, que sus últimas palabras fueron: "¿Alguien tiene un cigarro?".
Actor y ayudante de dirección en las películas de su hermano, a partir de 1917 empieza a dirigir sus propios filmes para la Universal, eran western interpretados por el mítico Harry Carey uno de los primeros héroes de oeste americano. Hizo gran número de películas mudas, muchas de ellas de baja calidad, que no han llegado a nuestros días. En 1924, hace su primera gran película, además de su primer éxito importante: El caballo de hierro.
Pero fue con el sonoro cuando John Ford se destapó por completo. Ya en 1935 ganó su primer premio Óscar con El Delator. En toda su carrera obtuvo otros tres más: en 1940, por Las uvas de la ira; 1941, por Qué verde era mi valle (arrebatándoselo a Orson Welles y su Ciudadano Kane); y en 1952, por El hombre tranquilo.
En 1939, explotó de verdad su talento. Dirigió La diligencia, con la que el western adquirió la categoría de género mayor. A partir de ahí, las películas que hizo le convirtieron en una leyenda. Además, fue su primera colaboración importante con John Wayne, su actor fetiche que le acompañaría durante toda su carrera. Muchas veces se ha dicho que el personaje de Wayne era el álter ego de Ford: mejor sería decir que era el prototipo de vaquero que el director irlandés se imaginaba.
Otros actores con los que trabajó fueron: Maureen O'Hara, mujer de gran belleza con carácter fuerte para oponerse a los hombres; James Stewart, Victor McLaglen; Ward Bond, su actor de reparto por excelencia, o Henry Fonda. Se supo rodear de un equipo de grandes especialistas. Entre los guionistas cabe citar a Dudley Nichols (La Dilgencia) o Frank S. Nugent (The quiet man, The Searchers); en la fotografía trabajó con grandes maestros como: Winton C. Hoch (El hombre tranquilo), Gregg Toland (Las uvas de la ira) o Gabriel Figueroa (El fugitivo).
Durante la II Guerra Mundial hizo su servicio en la Marina, rodando varios documentales. Logró el grado de contralmirante. De vuelta, y a partir de 1947, fue productor de la mayoría de sus películas.
A John Ford se le ha acusado de republicano recalcitrante y de racista. Nada más lejano a la realidad, él fue uno de los primeros directores en dar dignidad a los indios y en su faceta política, aunque le gustaba demostrar cierta ambivalencia, el mismo se declaraba demócrata liberal y, sobre todo, soy un rebelde.
John Ford, es después de D. W. Griffith, la imagen del cine americano. Cuando se atrevía a demostrar sus sentimientos, sus películas derrochan una lírica insuperable. Películas de tono épico, sabía conjugar perfectamente el drama con cinceladas de verdadera hilaridad. Fue un maestro del tiempo, un gran director de actores a los que sacaba, a veces cruelmente, sus mejores interpretaciones. Es uno de los directores más reconocidos, como ejemplos decir que el Ford de Francis Ford Coppola es en su honor y que Orson Welles cuando le preguntaron por sus tres directores favoritos respondió: John Ford, John Ford y John Ford.
Ha dirigido más de 60 películas y es de destacar el magnífico tándem que formaba con el actor John Wayne, al que dirigió en 20 largometrajes.
Murió el 31 de agosto de 1973 en Palm Desert a la edad de 79 años. Se dice, según testigos, que sus últimas palabras fueron: "¿Alguien tiene un cigarro?".
lunes, 8 de junio de 2009
Garci recomienda...: Vertigo (1958)
Scottie Fergusson es un detective de la policía de San Francisco que siente miedo a las alturas y se ve obligado a retirarse cuando un compañero cae de una cornisa al vacío, durante la persecución de un delincuente. Un viejo amigo del colegio, Gavin Elster, contrata a Scottie para vigilar a su esposa Madeleine, una bella mujer que está obsesionada con su pasado.
sábado, 6 de junio de 2009
José Luís Garci, grande entre los grandes
José Luis García Muñoz, nació en Madrid el 20 de enero de 1944 en el seno de una familia de ascendencia asturiana. Cuando finalizó el curso preuniversitario, Garci comenzó a trabajar como auxiliar administrativo en una entidad bancaria.
Cinéfilo desde temprana edad, su devoción cinematográfica le lleva a ejercer como crítico en varias revistas de cine desde los veinte años, entre ellas Signo y Cinestudio. Al mismo tiempo comenzaba a escribir sus primeros relatos literarios, especialmente de ciencia-ficción, recibiendo por estas obras diferentes reconocimientos críticos, entre ellos el premio Puerta de Oro de Relatos. En 1968, el Círculo de Escritores Cinematográficos le concedió el Premio «a la mejor labor literaria».
Paralelamente a sus trabajos cinematográficos, escribió y publicó relatos de ciencia ficción en diversas revistas, que luego fueron editados. Destacan títulos como: Bibidibabibidibú, Adam Blake o La Gioconda está triste. Como ensayista publica Ray Bradbury, humanista del futuro y una monografía al cine de ciencia ficción en la Enciclopedia Buru-Lan.
A partir de 1972 inicia su carrera de guionista participando en el guión de películas para Antonio Giménez-Rico (El Cronicón), León Klimovsky (La casa de las chivas), Pedro Olea (No es bueno que el hombre esté solo), Eloy de la Iglesia (Una gota de sangre para morir amando), Antonio Drove (Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe) o Roberto Bodegas (Los nuevos españoles y Vida conyugal sana). Guionista también del famoso telefilme La cabina, realizado por Antonio Mercero (1972), a continuación dirige sus primeros cortometrajes: ¡Al fútbol!, Mi Marilyn (ambos de 1975) y Tiempo de gente acobardada (1976).
En 1977 dirigió la película Asignatura pendiente, una historia de amor entre una antigua pareja de novios, que tuvo gran éxito, por parte de la crítica y del público, convirtiéndose en el éxito más representativo del cine español de la Transición. A éste siguieron Solos en la madrugada (1978), Las verdes praderas (1979), Viva la clase media (1980, como actor), El crack (1981) y Volver a empezar (1982), que trata de un escritor que ha sido galardonado con el premio Nobel de literatura y que regresa a su ciudad natal, Gijón, tras muchos años de exilio. Esta última película fue galardonada con el Óscar de la Academia de Ciencias Cinematográficas estadounidense a la Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Fue la primera vez que una película española obtenía este premio.
Más tarde dirigió El Crack II (1983), Sesión continua (1984), que fue nominada para el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de 1985, Asignatura aprobada (1987), también nominada para el Óscar de 1987 y por la que Garci consigue el Goya de la Academia española al mejor director, Canción de cuna (1994), La herida luminosa (1997),El Abuelo (1998), nominada para el Óscar de 1999, You're the one (una historia de entonces) (2000), Historia de un beso (2002), Tiovivo c. 1950 (2004) y Ninette (2005). Los guiones de las películas que dirige son habitualmente suyos, escritos en colaboración con José María Gonzaléz Sinde, Ángel Llorente y Horacio Valcárcel.
También dirigió una serie de telefilms, Historias del otro lado, en la que toca por vez primera el género sobre el cual, al comienzo de su carrera, fue considerado experto: el fantástico-terrorífico. La serie, de trece capítulos, fue estrenada en la televisión pública española (TVE), en mayo de 1991.
Gran amante y defensor de la tradición fílmica norteamericana, hasta diciembre de 2005 ha dirigido y presentado el programa ¡Qué grande es el cine!, emitido desde 1995 en TVE, en el que luchaba porque el cine de calidad de todos los tiempos esté al alcance de todos.
Ha sido presentador y director de programas radiofónicos dedicados al mundo del cine en diversas cadenas de radio españolas, como Antena 3 Radio y la Cadena COPE, donde actualmente es colaborador, junto a Eduardo Torres-Dulce, del programa Cowboys de medianoche, dirigido y presentado por Luis Herrero.
Da la curiosidad que del 2004 al 2008 han tenido 25 nominaciones sus películas y tan sólo ha conseguido 2 Premios Goya.
Cinéfilo desde temprana edad, su devoción cinematográfica le lleva a ejercer como crítico en varias revistas de cine desde los veinte años, entre ellas Signo y Cinestudio. Al mismo tiempo comenzaba a escribir sus primeros relatos literarios, especialmente de ciencia-ficción, recibiendo por estas obras diferentes reconocimientos críticos, entre ellos el premio Puerta de Oro de Relatos. En 1968, el Círculo de Escritores Cinematográficos le concedió el Premio «a la mejor labor literaria».
Paralelamente a sus trabajos cinematográficos, escribió y publicó relatos de ciencia ficción en diversas revistas, que luego fueron editados. Destacan títulos como: Bibidibabibidibú, Adam Blake o La Gioconda está triste. Como ensayista publica Ray Bradbury, humanista del futuro y una monografía al cine de ciencia ficción en la Enciclopedia Buru-Lan.
A partir de 1972 inicia su carrera de guionista participando en el guión de películas para Antonio Giménez-Rico (El Cronicón), León Klimovsky (La casa de las chivas), Pedro Olea (No es bueno que el hombre esté solo), Eloy de la Iglesia (Una gota de sangre para morir amando), Antonio Drove (Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe) o Roberto Bodegas (Los nuevos españoles y Vida conyugal sana). Guionista también del famoso telefilme La cabina, realizado por Antonio Mercero (1972), a continuación dirige sus primeros cortometrajes: ¡Al fútbol!, Mi Marilyn (ambos de 1975) y Tiempo de gente acobardada (1976).
En 1977 dirigió la película Asignatura pendiente, una historia de amor entre una antigua pareja de novios, que tuvo gran éxito, por parte de la crítica y del público, convirtiéndose en el éxito más representativo del cine español de la Transición. A éste siguieron Solos en la madrugada (1978), Las verdes praderas (1979), Viva la clase media (1980, como actor), El crack (1981) y Volver a empezar (1982), que trata de un escritor que ha sido galardonado con el premio Nobel de literatura y que regresa a su ciudad natal, Gijón, tras muchos años de exilio. Esta última película fue galardonada con el Óscar de la Academia de Ciencias Cinematográficas estadounidense a la Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Fue la primera vez que una película española obtenía este premio.
Más tarde dirigió El Crack II (1983), Sesión continua (1984), que fue nominada para el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de 1985, Asignatura aprobada (1987), también nominada para el Óscar de 1987 y por la que Garci consigue el Goya de la Academia española al mejor director, Canción de cuna (1994), La herida luminosa (1997),El Abuelo (1998), nominada para el Óscar de 1999, You're the one (una historia de entonces) (2000), Historia de un beso (2002), Tiovivo c. 1950 (2004) y Ninette (2005). Los guiones de las películas que dirige son habitualmente suyos, escritos en colaboración con José María Gonzaléz Sinde, Ángel Llorente y Horacio Valcárcel.
También dirigió una serie de telefilms, Historias del otro lado, en la que toca por vez primera el género sobre el cual, al comienzo de su carrera, fue considerado experto: el fantástico-terrorífico. La serie, de trece capítulos, fue estrenada en la televisión pública española (TVE), en mayo de 1991.
Gran amante y defensor de la tradición fílmica norteamericana, hasta diciembre de 2005 ha dirigido y presentado el programa ¡Qué grande es el cine!, emitido desde 1995 en TVE, en el que luchaba porque el cine de calidad de todos los tiempos esté al alcance de todos.
Ha sido presentador y director de programas radiofónicos dedicados al mundo del cine en diversas cadenas de radio españolas, como Antena 3 Radio y la Cadena COPE, donde actualmente es colaborador, junto a Eduardo Torres-Dulce, del programa Cowboys de medianoche, dirigido y presentado por Luis Herrero.
Da la curiosidad que del 2004 al 2008 han tenido 25 nominaciones sus películas y tan sólo ha conseguido 2 Premios Goya.
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